Tipos de pasteles

Los pasteles secos son un tipo de repostería que se caracteriza por tener una textura firme o esponjosa, pero sin rellenos cremosos ni coberturas húmedas. Generalmente, se elaboran con ingredientes básicos como harina, huevos, azúcar y mantequilla o aceite, y pueden incluir frutas secas, frutos secos, especias o chocolate.

Es un postre elaborado a base de bizcocho suave y esponjoso que incorpora café como ingrediente principal para darle sabor y aroma característico. Generalmente se prepara con harina, huevos, mantequilla, azúcar, leche o crema, y café líquido o en polvo. Puede rellenarse o cubrirse con cremas, glaseados o betunes de café, chocolate o vainilla, lo que resalta aún más su sabor. Es un pastel muy apreciado para acompañar una taza de café o como postre en ocasiones especiales, combinando dulzura con el ligero amargor del café.

Delicioso y esponjoso pastel casero elaborado con bananos maduros, que aportan un sabor naturalmente dulce y una textura suave y húmeda. Aromatizado con un toque de canela y vainilla, este clásico de la repostería es perfecto para disfrutar en cualquier momento del día. Puedes elegirlo con nueces tostadas o chispas de chocolate para un extra de sabor y textura. Ideal para acompañar con una taza de café o té.

El pastel borracho es un postre tradicional que se caracteriza por ser un bizcocho esponjoso empapado con un almíbar preparado a base de licor, como ron, brandy o vino dulce. El licor le da un sabor intenso y aromático, además de una textura húmeda y jugosa. Suele decorarse con crema batida, frutas confitadas o glaseados, y en algunos países se consume en celebraciones o como un postre festivo. Su nombre se debe precisamente a que el pastel “se emborracha” al absorber la mezcla alcohólica.